Esta semana os contamos cómo nos divertimos un domingo cualquiera, Henar y yo nos pusimos manos a la obra y pasamos un día estupendo haciendo Kokedama (bonsái para principiante). Espero que os guste y que os animéis a hacerlos también.
El kokedama es una técnica de jardinería japonesa que consiste en cultivar una planta dentro de una bola de musgo en lugar de una maceta tradicional. Su nombre significa literalmente “bola de musgo”, y su belleza natural lo convierte en una opción decorativa muy popular.
Hoy vamos a aprender a hacer un kokedama desde cero. Aunque nunca antes lo hemos intentado, vamos a guiarnos paso a paso para crear nuestra propia pieza de jardinería artesanal.
Para comenzar, es importante seleccionar la planta adecuada. Durante nuestra paseo por nuestro jardín, exploramos varias opciones:
Finalmente, seleccionamos varias opciones, incluyendo el Acer palmatum y el olmo chino, que ofrecen una estructura visual atractiva y son relativamente fáciles de mantener.
Antes de comenzar con el montaje, es fundamental reunir todos los materiales:
Nos dirigimos al garden center para comprar musgo. Sabíamos de antemano que lo tenían en existencia, gracias a una llamada telefónica previa. Una vez allí, encontramos un musgo en buenas condiciones, con textura esponjosa y de color vibrante.
El musgo seleccionado contiene materia orgánica y restos de musgo seco, por lo que es necesario prepararlo adecuadamente antes de su uso.
Antes de proceder con la construcción del kokedama, organizamos todos los materiales y nos preparamos para trabajar. Nos aseguramos de usar guantes, ya que el proceso puede ser bastante desordenado.
El keto es un limo arcilloso de origen japonés que se extrae de los arrozales. Su textura plástica y rica en materia orgánica lo convierte en un sustrato ideal para la retención de humedad y el desarrollo de raíces en bonsáis y kokedamas.
El keto viene en paquetes de distintos tamaños, y en nuestro caso, utilizamos uno importado de Japón. Normalmente, llega seco o ligeramente húmedo, pero en nuestro caso estaba más blando de lo habitual debido a la humedad ambiental. Si está demasiado seco, se vuelve muy compacto y difícil de trabajar.
Para mejorar la textura y evitar que la bola de sustrato se agriete, mezclamos el keto con akadama en una proporción aproximada de 3:1 (tres partes de keto por una de akadama). Esta proporción se ajusta según la textura deseada: si la mezcla se desmorona fácilmente, se debe agregar más keto; si es demasiado pegajosa, se añade más akadama.
El proceso de mezcla es similar a amasar una masa de pan. Vamos incorporando agua poco a poco hasta obtener una consistencia homogénea y maleable. También añadimos musgo de fibra larga para reforzar la estructura y darle mayor cohesión a la bola.
Una vez que la mezcla ha alcanzado la textura ideal, formamos pequeñas bolas del tamaño aproximado de una albóndiga. Es importante no hacerlas demasiado grandes para que se mantengan compactas y fáciles de manejar.
El siguiente paso es la limpieza del musgo fresco que utilizaremos para cubrir el kokedama. Al extraerlo, notamos que viene con una gran cantidad de sustrato adherido y, en algunos casos, pequeños insectos. Por ello, es fundamental revisarlo cuidadosamente y retirar cualquier impureza.
Con la ayuda de unas tijeras, recortamos las partes más gruesas para conseguir un grosor uniforme. También inspeccionamos en busca de larvas u otros organismos que pudieran afectar la salud de la planta. Una vez limpio y uniforme, el musgo estará listo para envolver la bola de sustrato en los siguientes pasos.
Antes de envolver la planta con la mezcla de keto y akadama, es necesario retirar el exceso de sustrato de sus raíces. Para ello, sumergimos las raíces en un cubo con agua y las agitamos suavemente. Esto permite que la tierra se desprenda sin dañar las raíces.
Si las raíces son muy largas, podemos podarlas ligeramente para facilitar la formación de la bola de sustrato. Durante este proceso, también eliminamos cualquier raíz seca o dañada.
Una vez que las raíces están limpias, envolvemos la base de la planta con la mezcla de keto y akadama, moldeándola en forma de bola compacta. Aseguramos que las raíces queden bien cubiertas y que la bola tenga una forma uniforme.
Para reforzar la estructura, podemos añadir pequeñas capas adicionales de keto y compactarlas con las manos. La clave es lograr una bola firme y estable.
Con la bola de sustrato lista, envolvemos toda su superficie con musgo vivo. Para fijarlo, podemos utilizar hilo de algodón o hilo de yute, envolviendo la bola con varias vueltas hasta que el musgo quede bien sujeto.
Es importante no apretar demasiado el hilo para permitir que las raíces respiren y el musgo conserve su humedad natural.
En nuestro video os damos algunas ideas para exponer tus kokedamas. Con algunos materiales que ya tenemos en casa, da rienda suelta a tu imaginación. Nosotros hemos utilizado: alambre y madera
Una vez terminado el kokedama, es fundamental seguir algunas pautas de cuidado:
Con estos cuidados, nuestro kokedama se mantendrá en óptimas condiciones y seguirá siendo un elemento decorativo natural y elegante en nuestro hogar.
¡Esperamos que esta guía te haya sido útil! Si te animas a hacer tu propio kokedama, cuéntanos tu experiencia en los comentarios.
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