Los Juniperus chinensis itoigawa están en el top 3 de las especies más apreciadas para hacer bonsái. Son la especie que admite las transformaciones más drásticas. El abanico de técnicas y recursos que se pueden emplear en su formación es amplísimo. En resumen, dan mucho, mucho juego y eso le encanta.
Para este trabajo he podado, delimitado venas, torsionado ramas complicadas, creado madera… Pero lo más importante, es que ha quedado todo explicado en detalle, y con primeros planos para que puedas “robar mis técnicas”, como se dice en Japón. Ya sabes que las técnicas valen para cualquier ejemplar, sin importar su tamaño o precio.
Por lo tanto ¡¡se creativo y disfruta!!
En esta guía completa, exploraremos en detalle cómo podar, alambrar y modelar para conseguir un junípero bonsái con gran carácter y movimiento.
El Juniperus bonsái es, sin duda, una de las especies más populares en el arte del bonsái, debido a su resistencia, su capacidad de adaptación y su versatilidad en el diseño.
Antes de comenzar a podar, es fundamental observar cuidadosamente la estructura del árbol y determinar qué ramas deben eliminarse o modelarse para mejorar su forma.
Para ello, debes contar con las siguientes herramientas básicas:
Serrucho
Tenazas de jin
Alambre de aluminio o cobre
Tijeras de podar
Cinta protectora
En primer lugar, es importante descubrir la base del tronco para evaluar el nebari (sistema de raíces superficiales) y observar, además, la estructura interna de las ramas. Esta evaluación inicial será clave para planificar todo el trabajo posterior.
En el caso de nuestro junípero, encontramos algunas ramas gruesas y cilíndricas que restaban naturalidad al diseño general del árbol. Durante esta etapa:
Se identificó una rama cilíndrica con poco movimiento, la cual se pudo doblar gracias a la técnica de torsión y alambrado.
Se detectó otra rama sin estructura definida que, en consecuencia, fue eliminada por completo utilizando el serrucho.
De esta manera, eliminando las ramas inadecuadas, el árbol ganó dinamismo y reveló líneas mucho más armoniosas y naturales.
La madera muerta añade carácter, dramatismo y sensación de antigüedad a cualquier bonsái. Para conseguirlo, en este paso se realizaron las siguientes acciones:
Se trabajó la madera muerta utilizando un formón para ahuecar el tronco y crear texturas más naturales.
Se levantaron hebras de madera con las tenazas de jin, mejorando así la estética general del shari.
Se utilizó un chorro de arena para limpiar la superficie, resaltando de este modo los detalles envejecidos de la madera.
Así, la madera muerta pasó de ser un simple recurso decorativo a convertirse en parte esencial del diseño.
El alambrado es un paso clave para moldear el junípero bonsái hacia la forma deseada. En esta fase:
Se utilizaron alambres de aluminio de 8 mm de grosor para doblar las ramas más robustas.
Se aplicaron gomas protectoras sobre la corteza para prevenir daños durante el modelado.
Se empleó un jack de torsión, herramienta indispensable para curvar ramas gruesas sin riesgo de rotura.
Adicionalmente, se utilizó una técnica avanzada de soporte interno:
Se insertó un alambre guía dentro del tronco para actuar como refuerzo estructural.
Se envolvió la rama con cinta y goma para evitar fracturas externas.
Se utilizó una barra metálica para ejercer presión y curvar progresivamente la rama.
Gracias a esta técnica, fue posible doblar incluso ramas de gran grosor de forma segura.
Una vez modelado el tronco principal, se procedió al ajuste de las ramas para perfeccionar el diseño general:
Se identificó una primera rama estructural y se llevó hacia atrás para crear una mayor sensación de profundidad.
Se definieron ramas secundarias dotándolas de un movimiento más fluido y natural.
Se eliminaron ramas innecesarias para evitar una excesiva densidad que pudiera bloquear la entrada de luz.
De esta manera, se consiguió un diseño mucho más equilibrado y estéticamente agradable.
Después de un trabajo tan intenso, es fundamental permitir que el árbol se recupere adecuadamente. Para lograrlo, te recomendamos seguir estos consejos:
Ubicar el árbol en un invernadero o zona protegida para evitar daños por temperaturas extremas.
No abonar durante las primeras semanas posteriores a la intervención, a fin de no provocar un estrés adicional en el árbol.
Aplicar un bioestimulante o aminoácidos, lo cual ayudará a acelerar la cicatrización y fortalecerá el sistema inmunológico del junípero.
Trabajar un junípero bonsái implica una combinación precisa de poda, modelado y creación de madera muerta para darle carácter y vida propia. Con paciencia, dedicación y una técnica adecuada, es posible transformar un árbol común en una auténtica obra de arte viva.
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¡Esperamos que esta guía te ayude a mejorar el diseño de tu junípero bonsái y a seguir perfeccionando tu arte!
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