El trabajo de esta semana no os va a dejar indiferentes, estoy muy contento con el resultado.
Espero que lo disfrutéis tanto como yo lo hecho trabajando este fantástico Yamadori Junipero itoigawa.
En la última etapa del trabajo sobre este impresionante bonsái, los detalles finales fueron clave para refinar su estructura y potenciar su diseño. El proceso, por tanto, incluyó el ajuste y torsión de ramas, la limpieza de madera muerta y la poda estratégica para resaltar aún más la belleza natural del árbol.
Para corregir la posición de una rama que interfería con la armonía del diseño, se utilizaron herramientas de precisión, como una tenacilla de dentista y formones bien afilados. En primer lugar, se eliminó el exceso de madera en la base de la rama, lo que facilitó su torsión sin comprometer la integridad de la estructura.
Posteriormente, se reforzó el punto de mayor presión utilizando cinta de torsión de 2 cm de grosor. Así se evitó dañar la vena viva del bonsái. En lugar de recurrir a un alambre adicional, se optó por emplear un tensor anclado a un jin cercano. De esta manera, se logró la curvatura deseada manteniendo la estética general del árbol intacta.
Uno de los elementos visuales más impactantes del bonsái era un jin que, a pesar de tener una forma interesante, interfería visualmente con una de las ramas principales. Por esta razón, se decidió modificarlo mediante pequeñas mordidas con la partidora de troncos, permitiendo su reposicionamiento sin perder su valor estético.
Como resultado, se obtuvo una estructura mucho más limpia y armoniosa, con un flujo visual mejorado entre la madera muerta y las ramas vivas, lo cual potencia la belleza general del árbol.
Con el objetivo de equilibrar el diseño, se aprovechó un brote largo para desarrollar una nueva primera rama. Para ello, se procedió al alambrado detallado, organizando el follaje de manera estratégica para complementar toda la composición general del bonsái.
De esta forma, esta nueva rama aportará estabilidad, volumen y una base sólida a la parte baja del árbol a medida que continúe madurando.
Uno de los pasos finales, aunque no menos importantes, fue el adelgazamiento de los brotes situados en las puntas de las ramas. Para conseguirlo, se realizaron sustituciones progresivas, eliminando aquellas secciones más gruesas y favoreciendo el desarrollo de brotes más finos y delicados.
En el ápice, este proceso de refinamiento fue especialmente crucial, ya que permitió garantizar que el crecimiento se mantuviera en proporción y en armonía con el resto del bonsái.
Finalmente, el próximo reto será el trasplante del bonsái. La maceta actual, de formato redondo, no realza adecuadamente la estructura trabajada del árbol. Por consiguiente, se baraja la opción de utilizar una maceta alargada de estilo “barada” o una con una pátina especial que complemente su estética madura y natural.
Para tomar la mejor decisión, se explorarán diversas opciones disponibles entre las antiguas macetas de Tokoname que ofrece nuestra tienda online.
Este proceso ha sido, sin duda, un auténtico viaje de transformación, donde cada ajuste técnico ha servido para revelar la verdadera esencia del árbol. Ahora, gracias al esfuerzo dedicado en cada detalle, el bonsái presenta una estructura más clara, ordenada y prometedora.
En conclusión, el árbol podrá seguir evolucionando de forma equilibrada y estética en los próximos años. ¡Nos vemos en el próximo vídeo para seguir disfrutando juntos del fascinante arte del bonsái!
