Este sábado volvemos a la carga en el Canal con un vídeo de nuestra reciente visita a Japón en el que os cuento detalles de algunos bonsáis del jardín de Shinji Suzuki en Obuse. Charlamos con Sara, la aprendiza española que está en el equipo de los Suzuki y os mostramos los detalles del jardín número uno de Japón.
Nuestra reciente visita a Japón nos llevó a un lugar extraordinario: el jardín de bonsáis de Shinji Suzuki en Obuse. Este jardín, considerado el mejor de Japón, es un verdadero santuario del arte del bonsái, donde tradición, historia y naturaleza se fusionan de manera espectacular.
Desde el primer momento en que pusimos un pie en el jardín, la atmósfera nos envolvió. El sonido de los grillos, la luz del atardecer filtrándose entre los árboles y la disposición cuidadosa de cada bonsái nos hicieron sentir parte de una historia viva. Cada árbol en el jardín tiene una historia que contar, y muchos han sido trabajados y perfeccionados durante décadas por manos expertas.
Uno de los momentos más especiales de nuestra visita fue conocer a Sara Camacho, una talentosa aprendiza española que forma parte del equipo de Shinji Suzuki. Nos contó sobre su experiencia trabajando en el jardín, la exigencia del maestro Suzuki y la dedicación que requiere el arte del bonsái.
Sara nos explicó que el humor español y la calidez de nuestra cultura marcan la diferencia en el ambiente de trabajo. También nos mencionó cómo los extranjeros que visitan el jardín quedan fascinados por la tradición del bonsái, aunque les cuesta adaptarse a la larga sobremesa que caracteriza a la cultura japonesa.
Durante nuestro recorrido, nos encontramos con árboles con historias sorprendentes. Uno de ellos, un junípero trabajado por el maestro Saburo Kato, captó nuestra atención. Este bonsái, con décadas de historia, había sido mencionado en un libro antiguo y ahora estaba allí, frente a nosotros, testigo de generaciones de cuidado y esmero.
Otro ejemplar destacado perteneció a la colección de Daizo Iwasaki, uno de los grandes mecenas del bonsái. Este árbol, que en su momento adornaba la entrada de su vivienda, ha pasado por distintas manos y cuidados hasta alcanzar su forma actual. Ahora, en el jardín de Shinji Suzuki, luce en todo su esplendor, demostrando la evolución constante de este arte.
Uno de los aspectos más fascinantes del bonsái es su capacidad de viajar a través del tiempo. Los árboles pueden cambiar de dueño, de forma y de entorno, pero siempre conservan su esencia. Nos sorprendió ver cómo estos pequeños gigantes han sido moldeados con paciencia y dedicación, reflejando la filosofía japonesa del respeto por la naturaleza y el tiempo.
Nuestra visita al jardín de Shinji Suzuki en Obuse fue una experiencia enriquecedora que nos permitió apreciar aún más el arte del bonsái. Sin duda, este lugar es un destino imperdible para los amantes de la naturaleza, la historia y la cultura japonesa.
